miércoles, 24 de agosto de 2011

no te salves

No te quedes inmóvil 
al borde del camino 
no congeles el júbilo 
no quieras con desgana 
no te salves ahora 
ni nunca 
no te salves 
no te llenes de calma 
no reserves del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
no dejes caer los párpados 
pesados como juicios 
no te quedes sin labios 
no te duermas sin sueño 
no te pienses sin sangre 
no te juzgues sin tiempo 

pero si 
pese a todo 
no puedes evitarlo 
y congelas el júbilo 
y quieres con desgana 
y te salvas ahora 
y te llenas de calma 
y reservas del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
y dejas caer los párpados 
pesados como juicios 
y te secas sin labios 
y te duermes sin sueño 
y te piensas sin sangre 
y te juzgas sin tiempo 
y te quedas inmóvil 
al borde del camino 
y te salvas 
entonces 
no te quedes conmigo.



jueves, 18 de agosto de 2011

La trampa

Cada vez que una mujer se acerca turbada y definitiva, 
mi cuerpo se estremece de gozo y mi alma se magnifica 
de horror.

 Las veo abrirse y cerrarse. Rosas inermes o flores carniceras,
en sus pétalos funcionan goznes de captura: párpados tiernos,
 suavemente aceitados de narcóticos. (En torno a ellas, 
zumba el enjambre de jóvenes moscardones pedantes.)

  Y caigo en almas de papel insecticida, como en charcos
 de jarabe. (Experto en tales accidentes, despego una por
 una mis patas de libélula. pero la ultima vez, quede con el
 espinazo roto.) Y aquí voy volando solo.

  Sibilas mentirosas, ellas quedan como arañas 
enredadas en su tela. Y yo sigo otra vez volando solo,
 fatalmente, en busca de nuevos oráculos.

¡Oh Maldita, acoge para siempre el grito del espíritu
 fugaz, en el pozo de tu carne silenciosa¡